sábado, 11 de mayo de 2013

"La Decadencia del Imperio Romano"


 El imperio romano comenzó su lenta decadencia en el 3 o siglo, una de las principales causas de su caída fue una serie de plagas, especialmente la peste de Cipriano, que diezmó la población del imperio, haciéndolo más difícil recaudar impuestos suficientes y reclutar ejércitos. 

      En 284 dC, Diocleciano se convirtió en el emperador. Él consideraba el gran imperio ingobernable y lo dividió por la mitad, el Imperio Occidental y el Imperio Oriental. Cada uno era gobernado por un emperador independiente. Bajo el gobierno de diversos emperadores subsecuentes, el imperio oriental y occidental se volvió a unir en una sola entidad. Teodosio I fue el último emperador que gobernó sobre un Imperio Romano unificado. Después de su muerte en 395 dC, el Imperio Romano fue definitivamente dividido, el Imperio Romano Oriental se regiría de Constantinopla, mientras que el Imperio Romano Occidental se regiría intermitentemente entre Roma, Mediolano, y Rávena. 



      En los siglos 4 y 5, los pueblos nómadas de Asia Central comenzaron a emigrar fuera de su patria y causaron considerables estragos en todo el continente euroasiático. Uno de estos grupos fueron los hunos, que llegaron a Europa a cerca de 370 dC. La llegada de los hunos en Europa de inmediato provocó un gran movimiento involuntario de los pueblos germánicos, los cuales, en siglos antes se habían trasladado desde Escandinavia y se asentaron en la margen norte del Imperio Romano. Estos pueblos germánicos se vieron obligados a abandonar sus países de origen y penetraron en el mundo mediterráneo, a veces asentándose pacíficamente, en otras ocasiones atacando ciudades romanas u otras veces ofreciendo sus servicios como mercenarios a la defensa de las ciudades romanas contra otros invasores bárbaros. Los visigodos eran uno de los primeros grupos germánicos en llegar barriendo a través de los Balcanes, derrotando a un gran ejército romano en la Batalla de Adrianopolis en 378 dC y luego emigrando a Italia y saqueando a Roma en 410 dC. Finalmente terminaron asentándose y creando un reino en el ámbito de Aquitania


      Poco después siguieron otros grupos germánicos como los vándalos, que arrazaron a través de Europa occidental y África donde conquistaron a Cartago y establecieron un reino allí. Las invasiones germánicas fueron implacables, los anglos y los sajones invadieron a Gran Bretaña, lo que obligó a Roma abandonar la isla en 410 dC. Los francos tomaron el control de la totalidad de la Galia, y los ostrogodos conquistaron a Italia. Por 500 dC, el Imperio Romano Occidental no existía  después de haber sido sustituido por una serie de reinos germánicos. El Imperio Romano Oriental siguió intacta y sin embargo sobrevivió por mil años mas, como el Imperio Bizantino.



Occidente asediado

La división del Imperio en dos mitades, a la muerte de Teodosio, no puso fin a los problemas, sobre todo en la parte occidental. Burgundios, Alanos, Suevos y Vándalos campaban a sus anchas por el Imperio y llegaron hasta Hispania y el Norte de África.
Los dominios occidentales de Roma quedaron reducidos a Italia y una estrecha franja al sur de la Galia. Los sucesores de Honorio fueron monarcas títeres, niños manejados a su antojo por los fuertes generales bárbaros, los únicos capaces de controlar a las tropas, formadas ya mayoritariamente por extranjeros.
El año 402, los godos invadieron Italia, y obligaron a los emperadores a trasladarse a Rávena, rodeada de pantanos y más segura que Roma y Milán. Mientras el emperador permanecía, impotente, recluido en esta ciudad portuaria del norte, contemplando cómo su imperio se desmoronaba, los godos saqueaban y quemaban las ciudades de Italia a su antojo.

El saqueo de Roma

En el 410 las tropas de Alarico asaltaron Roma. Durante tres días terribles los bárbaros saquearon la ciudad, profanaron sus iglesias, asaltaron sus edificios y robaron sus tesoros.
La noticia, que alcanzó pronto todos los rincones del Imperio, sumió a la población en la tristeza y el pánico. Con el asalto a la antigua capital se perdía también cualquier esperanza de resucitar el Imperio, que ahora se revelaba abocado inevitablemente a su destrucción.
Los cristianos, que habían llegado a identificarse con el Imperio que tanto los había perseguido en el pasado, vieron en su caída una señal cierta del fin del mundo, y muchos comenzaron a vender sus posesiones y abandonar sus tareas.
San Agustín, obispo de Hipona, obligado a salir al paso de estos sombríos presagios, escribió entonces La Ciudad de Dios para explicar a los cristianos que, aunque la caída de Roma era sin duda un suceso desgraciado, sólo significaba la pérdida de la Ciudad de los Hombres. La Ciudad de Dios, identificada con su Iglesia, sobreviviría para mostrar, también a los bárbaros, las enseñanzas de Cristo.

Fin del Imperio Romano de Occidente

Finalmente, el año 475 llegó al trono Rómulo Augústulo. Su pomposo nombre hacía referencia a Rómulo, el fundador de Roma, y a Augusto, el fundador del Imperio. Y sin embargo, nada había en el joven emperador que recordara a estos grandes hombres. Rómulo Augústulo fue un personaje insignificante, que aparece mencionado en todos los libros de Historia gracias al dudoso honor de ser el último emperador del Imperio Romano de Occidente. En efecto, sólo un año después de su acceso al trono fue depuesto por el general bárbaro Odoacro, que declaró vacante el trono de los antiguos césares.
Así, casi sin hacer ruido, cayó el Imperio Romano de Occidente, devorado por los bárbaros. El de Oriente sobreviviría durante mil años más, hasta que los turcos, el año 1453, derrocaron al último emperador bizantino. Con él terminaba el bimilenario dominio de los descendientes de Rómulo.


" El Cristianismo en Roma"


El cristianismo en el imperio romano

     
   
      Las religiones conocidas como  de signo mistérico se fueron abriendo paso entre la masa popular del Imperio Romano, desde el siglo III, por vía de las unidades militares. El Cristianismo fue considerado como una religión de misterios. Aunque los autores cristianos tratasen de presentar sus creencias como algo diferente, resulta significativo que designaran bajo el nombre de misterios a sus principales verdades de fe.
              
         La marcha del Cristianismo hasta su triunfo definitivo se presenta como una lucha en un doble frente:
·                     El mundo judío del cual surgió: en el ámbito general del mundo Mediterráneo y bajo la tolerancia del Estado Romano hacia las distintas creencias, las comunidades judías fueron creando un especial clima de acercamiento hacia la gente.
·                     El mundo helenístico sobre el que el Cristianismo se expandió: los historiadores de la Iglesia acostumbran a distinguir varias etapas en la propagación del Cristianismo:   


1.  La época  apostólica, donde el Cristianismo rompe las barreras nacionales y comienza a buscar nuevos adeptos. Roma comienza a convertirse en la cabeza de la nueva Iglesia.

2. La época pos apostólica, arrancaría tras la muerte de Juan Evangelista y se prolongaría hasta finales del siglo II. Es esta etapa la Iglesia se consolida tanto en Oriente como en Occidente.

3. Los comienzos de la Gran Iglesia. Paralelo a la crisis de la sociedad clásica el Cristianismo experimenta un ascenso.  Aunque no siempre sin obstáculos, uno de ellos fueron las llamadas "persecuciones", donde emperadores romanos castigaron de distintas formas a los que se hacían llamar Cristianos; una de las más crueles fue la de Nerón, el cual mandó a quemar varios barrios de la ciudad de Roma (según la leyenda).

4. El triunfo del Cristianismo: este vino de la mano del conocido "giro constantiniano". Constantino se convirtió al Cristianismo, otorgándole a esta religión un trato de favor y amplia libertad religiosa. Este emperador concilió políticamente los principios del Cristianismo y de un Paganismo aún fuerte. En el periodo que transcurre después de la muerte de Constantino, el Imperio Romano conoce un intento de restauración pagana: el llevado a cabo por Juliano. Este pretendió mostrar la inferioridad del Cristianismo en función de su bajo nivel intelectual (aunque este iría aumentando poco a poco). Su idea religiosa se adscribía a la de un monoteísmo solar que aceptaba, en principio, a todas las religiones. Falto de principios teológicos y morales y de disciplina eclesiástica, el intento de restauración del paganismo no duró más que la vida de su valedor. Con Teodosio, el último gobernante en la totalidad del Imperio Romano y católico por convicción, se asiste a la consumación de la religión Cristiana, la cual quiso asentar en el Imperio anteriormente Constantino. El Cristianismo se reconoció como religión oficial en el Edicto de Tesalónica (decretado por Teodosio en el 380).

5. Sin embargo, no podemos olvidarnos de grupos que estaban en contra de las doctrinas cristianas, los cuales no tenían nada que ver con la religión pagana, éstos se empezaron a notar desde el principio de esta religión y posteriormente harían más "ruido" de la cuenta.


"El Ejercito Romano"


Historia del Ejército

El crecimiento y la grandeza de Roma son debidos a su excelente disposición militar, en los principios de Roma los hombres servían en el ejército según sus propiedades y riquezas y no recibían ninguna compensación por el servicio prestado, esto hacia que los más pobres fueran excluidos del servicio, para su reclutamiento cada 5 años los censores distribuían a la población en cinco clases con licencia para llevar armas.

La formación primitiva del ejército desde sus principios era una copia de la compacta y cerrada falange griega compuesta por lanceros armados, más tarde con las luchas contra las tribus montañesas y los celtas el ejército se organizó en legiones, formaciones más flexibles y fueron substituidas las lanzas por espadas y jabalinas.

Con Mario llegaron los primeros grandes cambios en el ejército, hizo llevar a cada legionario todo su equipo (aprox. 35kg.) eliminando así el largo convoy con todo el equipo y suministros que dificultaba la marcha del ejército, otro cambio introducido por Mario fue eliminar cuatro de los cinco estandartes que identificaban las legiones dejando únicamente el águila como símbolo de todo el ejército, aunque cada legión adoptaba símbolos propios.

En el año 396 a.C. se implantó por primera vez el servicio militar remunerado, aunque se seguía reclutando a los ciudadanos solo cuando era necesario su servicio sin que hubiera un ejercito profesional permanente que no llegaría hasta la llegada de Augusto al poder aunque se seguiría manteniendo la práctica del reclutamiento. Hacia el año 107 a.C. se empezó a aceptar a los ciudadanos más pobres y con Augusto el enganche quedó abierto a toda la población libre del Imperio, quedando este dividido entre legiones y tropas de élite que eran reservadas a los ciudadanos romanos y los auxilia donde eran integrados el resto de la población del Imperio.

Otros cambios realizados por Augusto que percibió que el ejército que tenía era insuficiente para las exigencias de un imperio creciente fueron determinar el número de legiones en 28 (150.000 hombres) complementadas con un número prácticamente igual de fuerzas auxiliares, organizando así una especie de segundo ejército con reclutamientos provinciales no provistos de la ciudadanía romana.

Los cuerpos auxiliares fueron un enorme elemento de romanización debido a que eran reclutados los hombres en disposición de luchar del mismo grupo étnico y en no pocas ocasiones de reciente sometimiento y eran trasladados a frentes alejados de sus hogares consiguiendo perder al cabo de los años su carácter nacional y quedando romanizados, con su licenciamiento se les era otorgada la ciudadanía romana.

Con Adriano “el Limes” (límite) alcanzó su máximo potencial como sistema de defensa de los limites del Imperio convirtiendo las fronteras en una línea continua de fortificaciones y puestos de vigilancia, este sistema dividió el ejército y lo convirtió en un conjunto de ejércitos regionales estacionados permanentemente; Estos ejércitos regionales atraían sobre sí una población civil que se establecía cerca de los campamentos militares para aprovechar las necesidades de provisiones y diversiones de los soldados haciendo que en ocasiones estas aglomeraciones dieran lugar a ciudades.
Los soldados tenían prohibido el matrimonio de hecho cuando un hombre entraba en servicio si estaba casado el matrimonio quedaba legalmente anulado aunque muchos soldados se establecieron con mujeres locales y formaron sus propias familias, esta disposición cambió con Septimio Severo que permitió contraer matrimonio a los legionarios.

Severo Alejandro fue el primer emperador en establecer los “Castellani” veteranos que se les facilitaba tierras en las fronteras facilitando de esta manera una vinculación soldados-colonos, con Severo también llegó también la barbarización de los ejércitos.
Diocleciano cambió el número de legiones y lo aumentó hasta formar 60 unidades. Con Constantino se introdujeron los últimos cambios, aumentando los contingentes móviles mientras reducía la fuerza de los Limitanei.

El creciente reclutamiento de bárbaros (los Foederati) en el ejército contribuyó a la mayor barbarización de los efectivos, así al final de su historia Roma era defendida por los mismos bárbaros por los que había creado y desarrollado un ejército que se acabó disolviendo junto con Roma que sucumbía agotada bajo la fuerza de las invasiones germánicas del siglo V.
Organización del ejército

Después de cambiar el modelo griego de la falange griega que mantenía desde sus principios, la legión se transformó en la unidad base del ejército romano, aunque originalmente la palabra legión se aplicaba a todo el ejercito, esto fue cambiando hasta que en el siglo I a.C. 

Una legión estaba formada por 5.120 hombres dividida por 10 cohortes formadas por 480 hombres, las cohortes a su vez de dividían en 10 centurias de 80 hombres cada una, aunque cabe destacar que la primera cohorte de la legión formada por los mejores hombres estaba formada por 5 centurias dobles de 160 hombres.

Las centurias las formaban por 10 Contubernia (grupos de 8 hombres que comparten una tienda de campaña).
Un Centurión figuraba al mando de cada una de las centurias, aunque acataba las órdenes de los tribunos.
La unidad más pequeña capaz de emprender cualquier acción era formada por dos centurias y recibía el nombre de Manípulo o puñado.

El comandante en jefe era el Legatus Legionis (de orden senatorial) que disponía de un estado mayor formado por un prefecto y seis lugartenientes (Tribuni Legionis) cinco que pertenecían a la orden de los caballeros y otro perteneciente a la clase senatorial, esta practica hacía que hubiera una falta de profesionalidad en los estamentos superiores, falta que era cubierta por los centuriones, la verdadera espina dorsal del ejército romano.
Las tropas auxiliares estaban organizadas en unidades de infantería (Cohortes) compuestas de 500 a 1000 hombres por unidad, organizados en 16 o 24 turmas, o en cohortes mixtas de 6 a 10 centurias mas 3 o 6 turmas, de éstas saldrían también los escuadrones de caballería (Alae).

Al mando de las tropas auxiliares se encontraban oficiales romanos del orden ecuestres (praefecti) los auxiliares nunca alcanzaron el estatus de legionario y percibían un salario inferior.

A mediados de la época republicana, las legiones se estaban divididas en las siguientes unidades:

Caballería o Equites. La más prestigiosa de todas las unidades. Cada jinete pagaba todo su equipamiento que consistía en su armadura, espada, jabalinas, casco y un escudo redondo como protección. El Decurión era el oficial al mando de la unidad. 
Junto a esta caballería se encontraba otra más liviana compuesta de ciudadanos reclutados más jóvenes y pobres, que no podían entrar en la Equites por su pronta edad.

Infantería liviana o Velites. Eran las unidades que se encargaban de lanzar las jabalinas y hostigar al enemigo. Provenientes de los estratos más pobres, los Velites no tenían una función básica asignada durante la batalla, siendo utilizados dependiendo de la necesidad del momento.

Infantería pesada. La unidad básica de la legión y la más conocida de todas. Compuesta de ciudadanos que se podían pagar el equipamiento de armadura, Pillum, casco, escudo y Gladius. La infantería se subdividía dependiendo de la experiencia de los legionarios.


  • Los Hastati. Los más jóvenes de todos, se situaban en la línea delantera.
  • Los Principes. Legionarios que rondaban la treintena, componían la segunda línea de la legión.
  • Los Triarii. Formado por los más veteranos, solo entraban en combate cuando la situación lo reclamaba.

·         La Vida en el Ejército

Las principales diversiones en los campamentos eran las casas de baño, donde los soldados tomaban vino y cerveza y aprovechaban para jugar a los dados e incluso para degustar algunos platos que no formaban parte de la dieta diaria del cuartel.

El soldado no solo debía conocer el oficio de la guerra sino que debía dominar otros oficios como sembrar, criar caballos y recolectar cosechas, también debía conocer algo del oficio de artesano para poder reparar y fabricar armas, además de manejar pico y pala para cavar fosos, construir campamentos, levantar muros y socavar las murallas enemigas.

“El servicio militar es duro y poco provechoso. Tu cuerpo y tu alma se valoran en unas cuantas monedas por día; con esta limosna tienes, además, que pagar la ropa, las armas y las tiendas de campaña, así como los sobornos para los centuriones que son demasiado crueles y poder librarte así de encargos pesados”Percenio (líder de un motín contra Tiberio 14 d.C.).

Existían de todas maneras ciertas ventajas en el oficio de soldado, una paga fija muy superior a la de cualquier campesino, un servicio medico y después de la derrota del enemigo muchas veces se presentaban ocasiones para el saqueo.

Al licenciarse del servicio -20 años para los legionarios, 16 para la guarnición de Roma, 25 para los auxiliares y 26 para los marineros- a los soldados se les otorgaba el título de Veteranus y recibían una parcela de tierra o una buena cantidad de dinero equivalente a 12 años de paga. Además recibían pagas extras al inicio de cada mandato de un nuevo emperador, costumbre establecida por el emperador Claudio. Para los auxiliares su principal recompensa era recibir la ciudadanía romana.

El Entrenamiento:

Alojados en los barracones del campamento, eran reunidos en la unidad básica, compuesta por ocho soldados (Contubernio). Cada Contubernio era como una familia que debía convivir junta durante todo el tiempo. 
Esta unidad mínima contaba con una mula que se usaba para cargar la tienda de campaña, el molino del trigo y los utensilios y herramientas que no tenían que llevar a cuestas ellos mismos.
Para poder llevar todo el pesado equipamiento, los legionarios entrenaban realizando duras marchas cargando cestos rellenos de piedras. Montar a caballo, natación, maniobras básicas diarias, etc. Formaban también parte del entrenamiento básico de un legionario.

Un Día de entrenamiento:

Antes de la salida del sol se tocaba diana y todo el mundo debía ponerse en marcha. Antes de formar los barracones debían estar limpios y en perfecto estado para la inspección. Luego del desayuno, se preparaban para las largas marchas diarias. Una pausa para comer y de vuelta al entrenamiento, ensayando tácticas de batalla. Al finalizar el día los legionarios se relajaban en los baños, cenaban y aprovechaban el tiempo libre que les sobrase.
Una vez pasadas las duras y agotadoras primeras semanas a los legionarios que aún quedaban, se les permitía entrenar con armas de madera que pesaban el doble que las reales para poder fortalecer los brazos acostumbrándolos así a entrenar con mucho más peso.
Una vez pasado todo este calvario a los legionarios restantes se les entregaba definitivamente las armas reales con las que entrenaban duramente hasta que su uso se convertía en un acto reflejo automático.

El día a día en el campamento:

·         En su tiempo libre los legionarios se dedicaban a ir a los baños, jugar, beber, trapichear y haraganear por las calles.
Si el campamento se convertía en permanente, los barracones crecían y pasaban de ser construidos de madera a ser construidos de ladrillo y no tardaban en crecer ciudades alrededor del campamento, aportando más variedad de diversión en el tiempo libre de los legionarios.
Aunque los legionarios tenían prohibido casarse en las legiones acantonadas se hacía la vista gorda, dejando que se juntaran con su familia legalizando su estado tras su licenciatura del ejército.

En cuanto a la sanidad en cada campamento romano contaban con un hospital, el Valetudinarium, donde eran tratados. Los instrumentos médicos encontrados en excavaciones demuestran que prácticamente eran iguales a los usados hoy en día.


Armas y Tácticas del ejército romano
En el imperio romano la disciplina de la guerra era considerada una ciencia y un arte, el entrenamiento constante hacía del ejército romano uno de los más temibles y era el gran responsable de sus éxitos.
El combate del ejército romano:

El ejército romano se preparaba para el ataque usando una formación básica, usando una vanguardia de Velites (infantería ligera) y a continuación se encontraba la infantería dispuesta en tres líneas, los Hastati, los Principes y los Triarii (Veteranos) que solo entraban si era necesario su intervención. A la derecha de la infantería se situaba la caballería y a su izquierda la caballería de los aliados.

Una vez presentada la batalla los generales lanzan en primer lugar a los Auxiliares bárbaros debido a que eran considerados como mas substituibles, si estos eran rechazados intervenían los legionarios y si no aún así no se conseguía la victoria eran reclamados los Pretorianos que formaban la élite del ejército.

En la batalla ante el enemigo el ejército se presentaba como una muralla formada por los escudos de los soldados erizada por sus jabalinas. Se esperaba el avance enemigo hasta que se acercaran a unos 20 metros de la primera línea, momento en el que la primera línea lanzaba el Pilum. Si igualmente el enemigo seguía avanzando la segunda línea lanzaba su arma. 

A la orden de ataque, la primera línea los soldados avanzaban escudo con escudo, mientras los de la segunda línea protegían a los de la primera con sus propios escudos colocándolos sobre sus cabezas.

Antes del contacto, si era necesario se arrojaba el escudo contra el enemigo, para atacarlo con la espada inmediatamente después. Los legionarios entrenados para el combate cuerpo a cuerpo buscaban un punto débil al enemigo para atacar con la espada. Con una herida de 10 centímetros de la Gladius (espada romana) bastaba para dejar fuera de combate al enemigo.

Si la primera línea no era suficiente, la segunda atacaba por los espacios dejados por la anterior, mientras la primera retrocedía para reabastecerse de lanzas y escudos.





Asedio del ejército romano:

Para el asedio eran también utilizados torres para los arqueros, arietes para abrir brechas en las murallas o terrazas y torres móviles que contaban con un puente levadizo para poder escalar los muros.

Otra de las tácticas usadas para el asedio era rodear con dos muros a la ciudad sitiada, uno interior para evitar salir a los sitiados y otro exterior para evitar el acceso a posibles fuerzas auxiliares.

Armas

Una de las ventajas del ejército romano frente a su enemigo era su planificación y su gran armamento listo para cualquier ocasión, para el ataque disponían de escorpiones, onagros, tortugas... que consistían en catapultas que proyectaban con gran precisión piedras, dardos o jabalinas.

El Onagro:

Era una arma de asedio del estilo catapulta que se usaba para lanzar piedras a las murallas enemigas y destruir torres de defensa en los asedios. La primera referencia de esta arma es del griego Filón en el año 200 a.C.

Ballista o Balista: 

Arma de asedio similar a una ballesta pero mayor en tamaño. Se usaba para disparar grandes piedras durante el asedio. Debido a su gran tamaño eran necesarios varios hombres para su manejo.

Escorpiones:

Los escorpiones romanos, maquinas pequeñas, era la arma más terrible, muy fácil de manejar, lanzaba proyectiles de hierro fino a distancias de 400 metros. Los Legio Scorpio eran los legionarios que las manejaban. Fueron usados por primera vez en el asedio de Avarico, durante las campañas de Julio César. Desde ese momento, cada legión contaba con al menos 40 o 50 legionarios escorpiones.

Ariete:

El ariete era usado para romper las puertas o las murallas durante el asedio. En su forma básica estaba formado por un tronco que era cargado por varios soldados. En sus formas más sofisticadas eran impulsados por cuerdas dentro de un marco de madera, al ser mayores de tamaño eran necesarios más soldados para su uso. En el segundo caso este ariete podía estar protegido con cubiertas para evitar ser atacado por los defensores mientras era usado. También se podían apoyar sobre rodillos, dando una mayor velocidad al ariete antes de golpear a su objetivo.



"Etapas de la Historia Romana"


LA MONARQUÍA

A pesar de la tradición, que ha llegado a nuestros días, hoy por hoy se puede afirmar que Rómulo - el fundador de Roma - no existió, y que la verdadera fundación de Roma sería a manos de Tarquinio Prisco a principios del siglo VI. Los datos que se extraen de la literatura romana, aseguran su fundación a mediados del siglo VIII por Rómulo, pero por el contrario, los datos arqueológicos no permiten hablar de un nacimiento urbano antes del 625 o incluso del 575 a.C. Este desfase cronológico corresponde con la época en que Roma había estado gobernada por Reyes legendarios como Rómulo, Numa Pompilio, Tulo Hostilio y Anco Marcio, parece lógico en ese caso pensar que tales reinados no existieron, sino que fue producto de la tradición historiográfica.

Los datos arqueológicos que se presentan de la existencia de Roma ya en el siglo VIII, no pueden interpretarse de otro modo que una "Roma pre-urbana". Hoy en día se distinguen claramente dos corrientes diferenciadas. El mismo caso ocurre en el momento de fechar el principio de la República, el 509 a. C. año que la tradición fija como el principio de la República, y el 450 a.C. que, según otros datos históricos, se correspondería mejor con los cambios históricos de una nueva época en la política romana.

Estas dos corrientes son la hipocrítica, que acepta los datos que muestra la tradición y la hipercrítica, que rechaza el valor histórico de estos datos; Aunque últimamente se abre paso una tercera vía que acepta estos datos siempre que no estén en clara contradicción con los datos aportados por la arqueología.

LOS REYES LEGENDARIOS

Rómulo (753-715 a.C.)
, fundador de la ciudad según la tradición y primero de los siete reyes de Roma, es su primer rey latino, según la tradición es el artífice de algunas instituciones típicamente romanas como las gentes, curias y tribus. Su reinado duró 38 años. Tras la guerra contra los Sabinos, los dos pueblos pactan, y (latino y sabino) se fundan en uno, repartiéndose el poder. Poco después Tatio, rey de los sabinos, es asesinado y Rómulo gobernará sólo. La leyenda de los "gemelos" amamantados por la Loba del Capitolio es tardía, no anterior al siglo III a.C.
Numa Pompilio (715-676 o 672 a.C.), llamado el Piadoso, era yerno de Tatio. Fue el segundo rey de Roma. Miembro de la tribu de los Sabinos, fue elegido a los 40 años de edad para ser el sucesor de Rómulo, el fundador de Roma. Inspirado por la ninfa Egeria, organizó la vida religiosa de los romanos, creando los collegia sacerdotales, instituyendo la figura del pontifex y fundando el culto a las vírgenes vestales.
Numa prohibió las imágenes de los dioses en sus templos, argumentando que resultaba impío representar a las divinidades, porque los materiales usados podían ser destruidos. Numa Pompilio también dividió la ciudad de Roma en distritos administrativos, y según Plutarco organizó los primeros gremios de la ciudad, formando las compañías de músicos, orfebres, carpinteros, tintoreros, zapateros, etc.
También durante su reinado se produce la división del año en 12 meses, distinguiendo entre días fastos y nefastos.
Según Plutarco, Numa fue un monarca que trajo 40 años de paz y estabilidad a Roma. Fue admirado por su sabiduría, austeridad y piedad. 

Tulo Hostilio (673-641 a.C.), el belicoso. Más fogoso que su antecesor, según la tradición, su reinado está marcado por la lucha de Roma contra Alba, su metrópolis, que pasará a ser su vasalla. Al final de su reinado Alba se revela, este motivo provocó que fuese arrasada y sus habitantes deportados a Roma. 

Anco Marcio (641-616 a.C.), el constructor. Era sobrino de Numa, por tanto sabino, defensor de su tío y de su predecesor. Según la tradición, amplió el espacio de roma trazando un puente sobre el Tíber y extendió su influencia sobre el mar, creando el puerto de Ostia.


REYES HISTÓRICOS

Tarquino Prisco (616-578 a.C.), el Antiguo, o el Advenedizo, fue el verdadero "Rómulo", al parecer originario de la ciudad etrusca de Tarquinia, y descendiente de una familia griega. Se convirtió en rey de los latinos, sabinos y etruscos establecidos en torno al Palatino. Después organizaría estos grupos en tres tribus: Ramnes, Tities y Luceres. Poniéndoles el nombre común de romanos (en etrsco ruma, es Roma). Según la tradición a la muerte de Anco, Tarquino impulsado por su esposa Tanaquil, despoja del trono a sus pupilos. Introduce en Roma la civilización etrusca: ritos sagrados, emblemas de poder. Construye el Forum, el Circus maximum, la Cloaca Maxima. Muere víctima de la venganza de los hijos de Anco Marcio. Pero una estratagema de Tanaquil permite que su yerno Servio Tulio, hijo de una esclava, tomase el poder.
Verdadero fundador de la ciudad a fines del siglo VII a.C., Creó el Senado y el ejercito, el primero seleccionado de las familias mas importantes, y el segundo incluiría a todos los ciudadanos útiles para la defensa de los intereses de la nueva ciudad. Organizó las gentes, en maiores y minores, eligió a los patres senatores de ambas y organizó la civitas vetus en términos de jerarquía (primordia civitatis): además debió ser el responsable de la desecación del Foro entre el 625 y el 575 a.C.
La tradición asigna a Tarquino la conquista de los Prisci Latini, en el sector oriental del Lacio, conquistó también Fidena, Collatia, Crustumerium, Apiolae al sur, Gabii y Praeneste al norte, en su reinado nueve ciudades latinas se vieron obligadas a reconocer el poder hegemónico de Roma en sus áreas respectivas. 

Servio Tulio (578-534 a.C.), el constituyente, segundo rey histórico de Roma. Según la tradición, Tulio llegó al poder después de la muerte de Taraquino, gracias al apoyo de Tanaquil, la mujer del primer rey y de su madre, Ocrisia, una esclava del palacio real, mantuvo el poder durante mas de cuarenta años. Entre los etruscos, llevó a cabo grandes reformas políticas, militares y sociales del senado y la organización del ejército centuriado (exercitus). Es de posible origen latino, aunque la tradición griega le atribuía un origen desconocido (xenos) y la romana lo hacía de "origen servil". Según la tradición establece la primera constitución política de Roma y el primer censo, dividiendo la población según la fortuna en clanes para facilitar el reclutamiento del ejército, en cuatro tribus territoriales a las que dió el nombre de las zonas: Collina, Esquilina, Palatina, y Suburana, que a la vez se correspondían con los cuatro extremos de la Urbs (la llamada también Roma quadrata). Aumenta la extensión de la ciudad, encerrando en una nueva muralla el Quirinal , el Esquilo y el Viminal. También muere trágicamente, víctima de un complot organizado por su propia hija y su yerno, Tarquino el Soberbio. 

Tarquino el Soberbio (534-510 a.C.), último rey de Roma. Los datos atribuidos a su reinado son polémicos, pero tres no suelen ser refutados: la reforma del calendario, la dedicación de un templo a Júpiter en el Capitolino y la caída de la Monarquía. Pero, curiosamente los tres hechos corresponden al mismo año, el 509 a.C. 
Según la tradición, tras una revuelta de la nobleza al sentirse ultrajada por el rapto de Lucrecia por Sexto, hijo del rey, Tarquino y su familia fueron expulsados y tuvieron que refugiarse en el palacio de Aristodemo de Cumas, que acogería a Tarquino hasta su muerte, Sexto, el hijo del rey, huyó a Gabbi, donde murió. 
Tarquino, pasa por ser un tirano, calificado de despotés por Dionisio de Halicarnaso; sin embargo, la actitud política de Tarquino, puede haber sido ante todo populista favoreciendo a los plebeyos, a los que habría incluido en el senado como conscripti. Según la tradición este rey se mantuvo en el trono por medio de violencias sin fin. Abolió la constitución de su predecesor pero acabó las grandes obras.

La tradición sitúa el establecimiento de la República entre los años 509-510 a.C. Así comienza otra etapa fundamental de la historia de Roma que dura dos siglos y medio, en la cual Roma se prepara para dominar la península itálica, después el Mediterráneo para acabar dominando en el Imperio casi todo el mundo hasta el entonces conocido.



La República (509a.C-27 a.C)
Según la tradición, en el año 509 a.C. se produjeron una serie de hechos esenciales en la historia de Romase expulsó al último monarca, Roma fue tomada por el ejército de Porsenna, se firmó el tratado entre Roma y Cartago, se iniciaron de los Fastos Consulares y se consagró el templo de Júpiter Capitolino. Parecen muchos acontecimientos para tan poco tiempo. El único perteneciente con seguridad al año 509 a.C. es la dedicatoria del templo de Júpiter. Los restantes pudieron suceder más tarde, aunque con poca diferencia de tiempo.
Los Fastos Consulares (listas con los nombres de los cónsules que servían como referencia para datar acontecimientos importantes) resultan básicos para el estudio de la República a partir del 503 a.C., fecha en que se considera que ya son dignos de credibilidad.
Otro sistema utilizado se basa en el ritual del clavus annalis. Esta práctica se inició al año siguiente de la dedicatoria del templo de Júpiter Capitolino y consistía en clavar un clavo en el muro de la cella de Minerva cada aniversario de esta dedicatoria. El primer clavo fue clavado en el 508 a.C., un año después de su consagración. El templo de Júpiter Capitolino constaba, además de la cella de Júpiter, de otras dos anexas: la de Minerva y la de Juno.
La década que siguió al 509 (fecha de la conspiración contra el último rey de Roma, Tarquinio el Soberbio, cuando estaba fuera de Roma sitiando la ciudad de Ardea) es un período oscuro del que sólo se conocen hechos aislados.
Transición de la Monarquía a la República
La transición política de la Monarquía a la República fue seguida de graves tensiones sociales internas que fueron aprovechadas por los pueblos vecinos para reducir el control territorial de Roma y conseguir su desaparición. De ahí que, durante los primeros 70 años de la República, Roma tuviera que ratificar su identidad en demasiadas ocasiones.
Los primeros años de la República son de incertidumbre como consecuencia de la confusión política existente. Había partidarios de la Monarquía, de la República, de Porsenna y de la Liga latina, entre otros. Los que conjuraron en el 509 a.C. no tenían prevista ninguna fórmula institucional para sustituir a la monarquía.
Todos los historiadores están de acuerdo en que el Consulado -magistratura doble y colegiada durante toda la República- no surgió inmediatamente después de la expulsión de Tarquinio.

La tesis más generalizada presupone que en la transición de la Monarquía al consulado se pasó por una fase intermedia en la que se designaba un praetor maximus por un año y que, más tarde, desdoblaría sus funciones. Aunque ya se acercaba al sistema binario de los cónsules, éstos seguían designándose como pretores al menos hasta 449 a.C., con la ley Valeria Horaria.
Parece ser que las supremas magistraturas no fueron monopolizadas por los patres -personas que controlaban el Senado, el ejército y los sacerdocios desde el inicio de la historia de Roma- ya que se conocen casos de plebeyos que ocuparon el consulado hasta el año hasta el 485 a.C. El clima de tensiones y enfrentamientos de los comienzos de la República llevaría a las facciones más fuertes a formalizar compromisos y alianzas entre ellas.
A partir del 485 se produjo la intransigencia del patriciado pasando a controlar todas las magistraturas civiles y religiosas y excluyendo a los plebeyos de cualquier tipo de responsabilidad en el gobierno.
El derecho romano
Además de por las luchas entre patricios y plebeyos, la República se caracterizó por la expansión del poder de Roma a toda la Italia peninsular, por la promulgación de la Ley de las XII Tablas en el 450 a.C y por las guerras civiles por la igualdad. La Ley de las XII Tablas, llamada así porque estaba escrita en doce tablas, es el código más antiguo de derecho romano. Se estableció para aplacar las demandas de los plebeyos.
Hasta que se redactó este código el derecho romano había tenido un carácter sagrado, por haber estado unido a la monarquía y al colegio de los pontífices. Con su redacción el derecho romano se desacraliza constituyendo la base del derecho del mundo occidental. Para el historiador Tito Livio, las XII Tablas eran la fuente de todo el derecho romano, tanto público como privado.
Entre los años 133 y 27 a.C. se desarrolló una etapa muy convulsa en la historia de Roma debido a una compleja situación económica, social y política que llevó a momentos de tensión, como los vividos con los Gracos o las guerras sociales entre nobles y plebe.
La dictadura: la transición de la República al Imperio Romano
El gran paso hacia un sistema político en el que el poder se acumulase en manos de una sola persona lo dio Sila (dictador en los años 82-79). La sistematización de Sila fue muy importante y una de las consecuencias que tuvo, y que influyó en gran medida en la política y en el propio final de la República, radicó en el hecho de que concentró todo el poder político en manos del Senado, hecho que no sucedíó con el poder ejecutivo.
Esto dio lugar a que el Senado tuviera que confiar el ejecutivo a un hombre fuerte, a un general que, además, fuese político. A su vez, los populares también querían ocupar el poder provocando un fortalecimiento del poder personal a la hora de gobernar. El fortalecimiento del personalismo condujo a los triunviratos y a las dictaduras de César o Augusto, y supuso el fin de la República y el principio de una nueva etapa, el Imperio.


IMPERIO

El Imperio Romano (27 a.C-476 d.C)

El Imperio es el sistema en el que el poder político real estaba en manos de un solo individuo, el emperador. Se inauguró con el emperador Augusto. El Senado quedó limitado a ser un órgano de apoyo de ese poder político.
Se denomina Alto Imperio al periodo que va de Augusto a Diocleciano y Bajo Imperio el que tiene lugar entre Diocleciano y la caída del Imperio Romano en Occidente.

 

El Alto Imperio (27 a.C-305 d.C)


Entre los años 14 y 68 los herederos de Augusto, se van sucediendo en el poder: Tiberio, Calígula, Claudio y Nerón. Esta sucesión dinástica se vio interrumpida por la guerra civil que, en el año 68, se libró entre los tres emperadores que gobernaban en ese año. Este primer período de crisis que vive el Imperio será superado por los Flavios.
A los Flavios les sucedieron los Antoninos (96-193), nombre genérico que se da a los emperadoresNerva, Trajano, Adriano, Antonino Pío, Marco Aurelio y Cómodo, con una política similar a la de los Flavios.
Con Septimio Severo se inauguró la dinastía de los Severos (197-235), en la que se encontraba él mismo, Caracalla, Macrino, Heliogábalo y Alejandro Severo.
El poder absoluto de Roma, capital del Imperio, se fue debilitando con el tiempo. Entre los años 235 y 300 la única prioridad de Roma fue la defensa de las fronteras del Imperio de los continuos ataques de los pueblos bárbaros y de los que provenían imperio sasánido de Persia. La presión de estos pueblos motivó que el ejército asumiese el poder a partir del 235, momento que se conoce como Anarquía militar y que duró unos cincuenta años. Estos emperadores soldados tenían como única finalidad la lucha contra los enemigos del Imperio.

La consecuencia de estas guerras fue el encarecimiento del mantenimiento del ejército y el alto grado de endeudamiento para mantenerlo, lo que llevó al empobrecimiento de la población y a la pérdida de su identidad y sus valores. Un aspecto de su pérdida de identidad fue la crisis religiosa, por la invasión de nuevas religiones orientales.
La persecución de los cristianos por Diocleciano, también llamada Gran Persecución, no fue más que un intento de eliminar los peligros a los que se enfrentaba el imperio.
En el año 284 una revuelta militar salvó al Imperio, proclamándose Diocleciano emperador. Durante su gobierno se instauró la Tetrarquía, sistema por el cual el imperio se repartía entre dos augustos y dos césares.
Diocleciano abdicó en el año 305 demostrando la ineficacia del sistema tetrárquico sin alguien de peso que lo dirija.

El Bajo Imperio (305-476)

Desde la abdicación de Diocleciano, en el 305, se sucedieron una serie de luchas que se prolongaron hasta el 312, cuando Constantino se convirtió en el único emperador de Occidente y último emperador del imperio unificado. Instituyó el cristianismo como religión oficial del Imperio.
En esta etapa se produce el traslado de la capitalidad del Imperio a la antigua ciudad de Bizancio, reconstruida y ampliada por decisión del emperador. Bizancio, desde el 8 de noviembre del 324 (fecha de su inauguración) pasó a denominarse Constantinopla o ciudad de Constantino.
Más tarde Teodosio dividió el Imperio entre sus dos hijos Arcadio y Honorio surgiendo el Imperio Romano de Occidente y el Imperio Romano de Oriente.
En el año 476 tiene lugar la caída del Imperio Romano en Occidente. El Imperio Romano de Oriente, posteriormente llamado Imperio Bizantino, sobrevivió hasta 1453, fecha de la caída de Constantinopla la actual Estambul.


" La Sociedad Romana"


  • Estructuras básicas de la sociedad romana
La importancia de la organización familiar originaria, bajo la autoridad del padre (pater familias) atravesará los siglos. La familia romana incorporaba a muchas más personas que la de nuestro tiempo: además de los relacionados por lazos de sangre, estaban los clientes, hombres libres que buscaban el amparo de los padres, y así poder vivir tranquilos en Roma, prestando servicios al pater familias, y los siervos (esclavos), comprados o hechos tales en las campañas militares. Correspondía al pater familias administrar a todo este conjunto velando por su continuidad para hacer posible, a través de las generaciones, el culto a los antepasados, a la vez que cuidando de su patrimonio. Los miembros de las antiguas familias romanas son los patricios; que forman una verdadera nobleza -esto es, los que tienen antepasados conocidos—con un extraordinario espíritu de disciplina, de austeridad y de devoción a su ciudad. Estos padres de familia se reunían en una asamblea (el Senado) que sería la que iba a dar a Roma, durante un milenio, las grandes orientaciones políticas. Pero hay que recordar que, en los orígenes de la ciudad, estos senadores junto a sus hijos y parientes cercanos -- constituyendo el grupo de los ciudadanos que en idioma latín se denominaba populus (pueblo)-- eran también los valientes defensores armados de su ciudad, que habían construido con sus propias manos, tal como cultivaban los campos que la rodeaban. Estos agricultores apreciaban la paz, que permite que los sembrados maduren y que las cosechas puedan recogerse oportunamente; pero la paz debía ser defendida con las armas cada vez que fuera necesario (¡y muchas veces lo fue!), no solo para rechazar los ataques e invasiones, sino también para ir ganado cada vez más tranquilidad, al someterse a posibles enemigos antes de que llegasen a ser un peligro. Esta realidad quedó recogida en la sentencia romana "si vis pacem para bellum" (Si quieres la paz, prepara la guerra).
Estas continuas guerras hicieron necesario contar también con la ayuda militar de los pobladores no patricios de la ciudad, denominados plebeyos; los plebeyos no tenían patrimonio ni representación legal, pero a medida que se iban incorporando al ejército romano, exigían también una participación en el gobierno de la República y, poco a poco, fueron consiguiendo el derecho de elegir y ser elegido para ciertas magistraturas, como el consulado.
A la par de las victorias de su ejército, crece el poder y prestigio de Roma, lo que sus magistrados supieron aprovechar muy bien para conquistar la amistad de otros pueblos, que pasaban a ser aliados de Roma; a cambio de obediencia y servicio militar. Roma los protegía con sus armas y con sus leyes. Así, con extraordinaria habilidad, los romanos supieron ir ordenando y reglamentando estas nuevas situaciones para incorporar bajo su gobierno a conquistados y aliados, cada cual con sus derechos y obligaciones.
  • La Sociedad Romana
Los romanos eran una civilización eminentemente urbana, donde se daba gran prioridad a la vida política, guerrera y a las relaciones sociales, que se hacían tanto en las casas de los individuos, como en lugares públicos como el Coliseo, donde se realizaban combates con gladiadores y luchas contra animales salvajes; o los Baños públicos, que tenían capacidad para unas 3.000 personas y contaban con piscinas, baños a vapor, gimnasios y bibliotecas.
La sociedad de la antigua Roma era estratificada existiendo una gran diferencia entre los patricios, que formaban el grupo alto de la sociedad, poseían las riquezas y gran parte de las tierras, a la vez que participaban en política; y los ple-bellos, quienes inicialmente no fueron considerados ciudadanos romanos y por lo tanto, no gozaron de derechos civiles; aunque sí tenían varios deberes y prohibiciones. Un grupo aparte eran los esclavos, quienes no poseían derechos, sino solamente obligaciones que les imponían sus dueños.
  • La Vivienda
Como en todas las grandes civilizaciones no existe en Roma un tipo de vivienda uniforme y aunque la vida política y cultural romana estaba centrada en las ciudades, la mayoría de los habitantes del imperio vivía en un medio rural, en casas precarias, sencillas y pequeñas.
Sin embargo, los sectores acaudalados podían gozar de casas amplias, sólidas (de adobe o piedra) y cómodas, que eran verdaderos palacios, donde se daba una gran importancia a la decoración de las habitaciones utilizando materiales como el mármol, el alabastro y realizando pinturas y mosaicos. Para evitar la oscuridad de las noches, las viviendas eran alumbradas con lámparas de aceite, llamadas candiles, de barro o de bronce.
Debido al sentido religioso de los romanos, todas las casas poseían un lugar sagrado en que les rendían culto todos los días a los muertos, dedicándoles ofrendas y solicitándoles su protección y ayuda.
  • La Alimentación
La base de la dieta alimenticia de los romanos eran productos cultivados en el imperio y territorios dominados, como los cereales, especialmente una antigua variedad de trigo llamada escanda, con la que se fabricaba pan y otros alimentos. También consumían legumbres, especialmente lentejas, judías, aceitunas, uvas, que hacían fermentar para hacer vino, altamente apetecido por los romanos.
La actividad ganadera les proporcionó carne de cabra, vaca, cerdo, leche y queso para su alimentación; mientras que la caza de aves y la pesca les entregaba otras alternativas de comidas.
En general los romanos se preocuparon tanto de la comida por su condición de alimento, como del sabor y ornamentación de los platos, aderezados con salsas y adornados con hierbas.
  • Creencias religiosas y mitológicas
Los antiguos romanos creían que su ciudad había sido fundada por Rómulo quien, junto a su hermano Remo, habían sido amamantados por una loba, luego que su madre los había arrojado al río Tíber en una artesa que se detuvo afuera de la cueva de la loba.
De esta manera, la loba se convirtió en símbolo de la ciudad.
Eran politeístas, entre sus principales divinidades destacaban: Júpiter, el dios creador, del cielo; Juno, la diosa protectora; Minerva, la diosa guerrera; Baco, dios del vino y las fiestas; Marte, dios de la guerra; y Venus, diosa del amor y la fertilidad.

  • Creaciones artísticas
El desarrollo del arte romano estuvo fuertemente influido por las formas culturales griegas, especialmente desde el siglo III a.C., cuando los romanos conquistaron la Magna Grecia. Así, el mundo romano fue un fiel continuador de las formas artísticas griegas en la pintura y escultura, pero supo incorporar valiosas innovaciones en la arquitectura.
Los arquitectos romanos crearon un nuevo estilo con el desarrollo de las construcciones abobedadas, en las que destacan el arco, las bóbedas y el mortero.
Entre las principales obras arquitectónicas romanas sobresalen templos, basílicas, foros, termas (Termas de Caracalla), circos, anfiteatros (como el coliseo), arcos de triunfo (Arco de Constantino), acueductos y puentes.